Taller de mini tapices con niños y niñas

Mi primer taller de mini tapices con niños y niñas de 6 años, en Junio del 2022, me enseño a vivir el presente con atención e intensidad. Que jugar no es perder el tiempo, por el contrario se aprende más y mejor. El grupo de niños y niñas me enseño a sorprenderme y a cuestionarlo todo; a evitar preocupaciones, no tener prejuicios y volver a intentar cuantas veces haga falta.

 

De estas enseñanzas fui consciente los días siguientes. Antes del taller estaba nerviosa y quería que todo saliera bien en las dos horas que estaríamos juntos. Durante el taller, estaba ocupadísima, respondiendo toda clase de preguntas y peticiones y encantada por la libertad y fluidez con la que los niños y niñas emprendieron la actividad. Después del taller, me di cuenta que la selección del material no fue del todo correcta: mejor cuerdas gruesas que finas, los colores luminosos tienen más éxito que los grises y el cartón se instalo como parte de cada obra, así que la próxima vez lo escogeré con mayor esmero.

 

Pero nada de esto realmente importo, ya que abrazaron la técnica del tapiz con curiosidad y agrado. Las agujas iban arriba y abajo de cada urdimbre. Las cuerdas de colores se mezclaron con las cuentas de madera y las plantas aromáticas y cada artista diseño su pequeño tapiz a su propio ritmo y con un estilo propio.

El proceso de creación es único, algunos realizaron su trabajo a pulso de intuición y otros con lentitud reflexiva. Sin prejuicios ni preocupaciones por el resultado, solo presencia y deleite. Tejer un mini tapiz fue la excusa perfecta para disfrutar esta gran experiencia que sin duda repetiría cuantas veces sea posible.

Agradezco la implicación de las maestras y por supuesto de los/las 21 artistas que participaron.